24 nov 2008

Poniendo límites



  • Los niños necesitan límites firmes.
  • Los límites les hace sentirse seguros y ser más felices.
Estas dos frases son casi dos de los mandamientos de la educación actual y parece ser que los niños de hoy en día no tienen esos límites que tanto necesitan y por eso están como están.

Yo disiento un poco de esta afirmación, pues a mi parecer, el problema no es que tengan límites o no, el problema es que no están con las personas que se los impone o enseña.

Los padres somos los referentes de los niños, sus modelos a seguir y ellos nos ven como tales. Nos escuchan, nos miran, nos imitan... esperan pasar mucho tiempo con nosotros para aprender tanto como les podamos enseñar, sin embargo muchos padres (demasiados) están dejando la educación en manos de terceras personas.

"Lo llevo a la guardería para que le enseñen a comer", "a ver si le sacan el pañal en la guardería", "a ver si en el cole le enseñan a compartir" y otras son frases que se oyen a menudo y todas ellas hablan de cambios importantes en la vida de los niños.

Las cosas importantes deberían aprenderse en casa, con los padres, donde el ratio de cuidadores suele rozar el 1:1 (1 cuidador para 1 niño) o incluso, en los hijos únicos es de 2:1 (2 cuidadores para un niño). En el caso de las guarderías, nos vamos a 1:8 y va aumentando a medida que los niños crecen. No es lo mismo una enseñanza casi exclusiva que ser modelo para 8,10 o 25 niños.

Pero es que la cosa no va de ratios simplemente, es que los cuidadores que hay en casa son, ni más ni menos que los padres, los auténticos referentes de los niños y por lo tanto los que mejor lo tienen para educar a sus hijos.

Estar todo el día trabajando, que el niño está todo el día haciendo extraescolares, en la guardería o de cuidadora en cuidadora hace que no tenga claro quién debe educarle ni en quién debe fijarse para aprender.

Como consecuencia aprende de todos y de ninguno, y si los mensajes de los padres en casa son poco colaboradores con sus pensamientos y acaban en continuas luchas de poder la educación de los padres acaba siendo poco válida (además que acabamos por tratar con nuestros casi desconocidos hijos) o cuanto menos de más fácil confrontación.

Es más, si dejamos de ser ejemplo para ser simplemente portadores de mensajes la educación será más difícil. Hay una frase que me encanta que dice: "educar es todo aquello que hacemos cuando no estamos educando", es decir, todo aquello que los niños ven y oyen de nosotros y no todo aquello que les decimos.

Por eso intento trabajar menos, por eso me gusta estar con él y estar ahí por si me necesita, porque así, aprendiendo de nosotros y con nosotros, los valores (me gusta más valores que límites) salen solos, casi sin querer, fruto del diálogo y de la vivencia.

De todas maneras, por si las moscas, yo ya he empezado a marcarle claros algunos límites.
¿Recordáis que ahora le da por desnudarse? Pues el sábado íbamos a casa de mis padres y se lo dije claro: "Jon, vamos a vestirnos, que a la calle hay que salir vestido".

El tío ya se había subido al cochecito él solo dispuesto a irnos, pues NO, lo siento Jon, pero no se puede tener todo en la vida.

5 comentarios:

Lidia dijo...

Jajajaja, es precioso! Su libertad es su esencia. Pero hace mucho frio!!!

Lola dijo...

Totalmente de acuerdo. No hace falta poner límites, teniendo buenas referencias en casa y disfrutando de pasar mucho tiempo con tus padres y no con otras personas o cuidadores.
Jon tiene mucha suerte de pasar mucho tiempo contigo y tú de disfrutar de estar con él.
Saludos,
lola

Estefania dijo...

me he acordado de tu post, leyendo esta noticia
http://www.20minutos.es/noticia/432524/0/guarderia/desnudos/alemania/

Armandilio dijo...

Sí, Estefania, ya lo leí...
Estoy preparando un post para bebesymas al respecto, porque me parece un poco bestia la actitud de esos padres, pero mira. Igual que a mí me hace gracia que lo haga, habrá padres a quien no (y no penséis mal, por favor, que en estos temas...)

Estefania dijo...

No, si lo estuvimos hablando en casa. Tu puedes decidir que tu hijo no esté desnudo fuera de casa. Y bueno, puedes amonestar a la guardería por no habértelo dicho, pero no sé si sería para tanto.

Sin embargo, sin conocer el caso y opinando desde fuera, me gusta la actitud de la guardería de "necesitan desnudarse, les dejamos y les procuramos un espacio donde hacerlo"

De todas formas, está claro que el pudor está más en los padres que en los niños.

Aunque es un tema muy delicado, desde luego.