17 mar 2009

¿Leer libros o seguir el instinto?



Este debate hace tiempo que está presente entre madres y padres, probablemente, porque actualmente hay gran cantidad de literatura relativa a la crianza y la educación de los hijos.

Ante el nacimiento de un hijo que es mejor, ¿leer libros para aprender a educar o seguir nuestro instinto?

Pues mi respuesta a esta pregunta es: depende. No es una respuesta demasiado esclarecedora, lo sé, así que intentaré explicarlo mejor.

Los defensores de seguir el instinto dicen que no hay dos niños iguales y que en un libro escrito se estandariza a los niños para ser tratados todos de la misma manera. Por lo tanto, según ellos, lo mejor es seguir los instintos materno y paterno para educar a tu hijo de un modo individualizado.

Totalmente de acuerdo, no hay dos niños iguales y debemos luchar por la individualidad de cada niño. Sin embargo, en mi caso particular, me posiciono en el bando contrario, el del apoyo a la literatura, porque igual que no hay dos niños iguales, no hay dos padres iguales ni dos madres iguales y por lo tanto los instintos paterno y materno no son siempre los mismos.

Para conocer realmente cuales son nuestros instintos humanos debemos echar un vistazo al comportamiento de nuestros antepasados. Los niños tenían y siguen teniendo, pues el niño que nace hoy es igual a un bebé de hace miles de años, un fuerte instinto de supervivencia (además de muchos otros). Este instinto es el que les hace sentirse inseguros y les hace necesitar a alguien que le transmita la seguridad que necesita.

Las madres, a su vez, tenían el instinto materno de protección de la cría y ofrecían ese contacto que el niño necesitaba. Ahora también lo tienen pero la cultura y la sociedad lo merma en mayor o menor medida.

Me explico: Los adultos tenemos, por ejemplo, el instinto sexual y todos reconocemos su existencia. Todos los adultos vivimos en sociedad y superamos o controlamos este instinto sexual mediante nuestros conocimientos, nuestros aprendizajes y nuestras capacidades racionales. Así, aunque tengo un instinto sexual he aprendido a controlarlo o superarlo y no necesito satisfacerlo a todas horas.

Por lo tanto los instintos con los que nacemos (incluído el instinto materno) se acaban controlando, reprimiendo o modificando según los conocimientos que hayamos recibido y el entorno en que hayamos vivido y en muchos casos dejan de ser instintos para transformarse en comportamientos aprendidos.

Yo soy un padre que iba abocado a educar a mis hijos desde una visión autoritaria. No hablo de un régimen ni de un estado dictatorial, pero no iba a tener ningún reparo en dejarle llorar para que durmiera, en obligarle a comerse la comida, en evitar a toda costa que 'me tomara el pelo' y en conseguir que me tomara en serio y me obedeciera.

Mi “instinto” no era más que un aprendizaje social que se había nutrido de la educación que recibí, de los conocimientos impartidos en la carrera de enfermería, del saber popular que se recibe en la calle o en la televisión que dice que no debes malcriar a un bebé ni darle todo lo que pide y probablemente de la mera observación indirecta del entorno (ver a otras madres o padres educar a sus hijos).

Es decir, lo que yo creía que era mi instinto, al que yo iba a seguir, era precisamente toda aquella información que ahogaba, que superaba o que modificaba mi verdadero instinto paterno.

Entonces leí dos libros que recomiendo a menudo: Bésame mucho, de Carlos González y Dormir sin lágrimas de Rosa Jové.

Muchos de los que defienden el confiar en sus instintos critican estos libros porque dicen cosas que contradicen sus “instintos”.

Otras personas que siguen sus instintos alaban estos libros porque sienten reconocidos sus comportamientos instintivos y se tranquilizan al ver que lo que hacen, lo que sus corazones les dicta, no está tan mal como la sociedad les quiere hacer creer.

Las críticas a estos libros suelen ser algo así: “el de Carlos González no me ha gustado nada porque si sigues su método tu hijo dependerá de ti para todo” y “el libro de Rosa Jové no me aporta nada porque no es un método, no explica qué hay que hacer para que duerman”.

Y lo que muchos critican son precisamente sus virtudes. No son métodos, no son manuales, no intentan explicar cómo tratar a tus hijos. Simplemente son libros que explican por qué los niños hacen lo que hacen. Por qué se comportan así o asá y porqué es normal que lo hagan.

Si los instintos de un padre o una madre le hacen entender que los niños nacen con una gran dependencia y que necesitan contacto, cariño y alguien que atienda sus llantos no hay libro que valga.

Sin embargo, si como pasó conmigo, los aprendizajes, las vivencias y el saber popular han mermado nuestros instintos hasta el punto de no entender las necesidades de un bebé, los dos libros que he comentado son un muy buen comienzo.

Escrito originalmente para Bebés y más.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Hemos seguido el mismo camino veo, el mismo cambio de "instintos".

Yo añadiría como revelador "un regalo para toda la vida".

Antes de tener un hijo leí a Estivill y lo que contaba parecía lógico.

Tras tener al peque y ver como el cerebro se me daba la vuelta como un calcetín, busqué lecturas que respondieran a lo que me hacía sentir cómoda como madre.

Kudifamily dijo...

Bueno, veo que nuestro caso es más común de lo que creía.
Cuando nació mi primera hija, yo estaba convencida que Estivill era un santo hombre que ayudaba a los padres desesperados. Mi "instinto" estaba bastante adormecido bajo una capa de información parcial, que parecía muy lógica vista desde el punto de vista de un adulto.
Poco a poco, mi instinto (y el de mi marido también) fué saliendo de su encierro voluntario, gracias a otras lecturas, a otras experiencias compartidas y a el cambio de mentalidad en el día a día como madre. Y al fin me posicioné y me planteé qué quería:
si entender a mi hija y adaptarme a ella, o bien cerrar los ojos a los grandes cambios de mi vida y hacer lo posible por no variar nuestras rutinas.
Respecto al título del post, creo que las lecturas ayudan a conocer opciones y versiones diferentes, que no tenemos por qué seguir a rajatabla, pero que pueden ayudarnos a entender el por qué del comportamiento de nuestros hijos. Según el carácter de cada cual, encontrará respuestas/ayudas en un libro o en otro.

Beatriz dijo...

Hola Armando, conozco de tu buen escribir desde hace unos 2 años que nos cruzamos por Crianza Natural.
Tus entradas son muy interesantes..reflexivas, emocionales y divertidas.
Yo tamb tengo un Blog en el que trato de compartir algunos trocitos de mi momento vital. Bienvenido a Beemade cuando te apetezca!

Anónimo dijo...

A mi me paso lo mismo. Tambien veia la educacion de mi bebe durante el embarazo de una forma bien distinta, cuando nacio mi bebe me di cuenta de que todo eso cambiaba, era incapaz de oirlo llorar, o de separarme de el, entonces descubri el libro "besame mucho" y mi visión de la maternidad y la crianza cambió radicalmente, me di cuenta de que lo q se relataba en ese libro era ni mas ni menos q mi instinto maternal.

Al hilos de esto echa un vistazo a lo q se dice aqui http://foro.enfemenino.com/forum/matern2/__f120889_matern2--pam-pam-al-culo-grrrrrrr-evil-que-mania-tienen-las-abuelas-con-esto-non.html

En esta charla me doy cuenta que como tu dices, no todos los padres son iguales y a algunos no les vendria mal leer un poco...

Armandilio dijo...

@ madre reciente: supongo que más o menos todos tenemos esa carga detrás que fuimos eliminando poco a poco... Menos mal.

@ kudi: completamente de acuerdo.

@ beemade: Ya me he dado un paseo por tu blog. Muy interesante!!

@ vanesa: Me he asomado por enfemenino pero sólo he leído el último comentario y he preferido cerrar la ventana. Ya sé por dónde andan estos temas...

Queda demasiado camino por recorrer todavía.

Anónimo dijo...

Lo que me ha enseñado mi pequeño duende es que no debía haber planeado nada :) Yo también pensaba que no iba a permitir que "mi hijo me tomara el pelo", porque enseguida "saben latín" :lol:...

Por suerte, papi estaba mucho menos condicionado que yo por los convencionalismos educativos, y me animó a "buscar" mis instintos reales... que por cierto, afloraron de manera brutal el primer mes :lol: :lol:

Hoy día me alegro de haber "redescubierto" que somos mamiferos, de disfrutar tanto de mi bebé, de portarlo, amamantarlo, colechar con él... Pero como bien dices... "queda demasiado camino por recorrer"... Al menos, lo vamos abriendo :)

Un besiño

Patricia

vilmati dijo...

Si, eso me ha pasado...nos ha pasado a nosotros también. Hemos tenido que deshacernos de lo escuchado, lo aprendido para escuchar nuestro corazón y a nuestra hija. Fué un camino que comenzó con su nacimiento y pasó dos dias por el maldito Estivill, eso fue para nosotros tocar fondo...y a partir de ese dia descubrí estos libros estos blog y gente que simplemente reafirmaba que lo que sentí no era de otro mundo, sino por el contrario, estaba cerca de lo instintivo. Nos ayudaron a reafirmarnos como padres.

Anónimo dijo...

cada vez que encuentro escritos como éste me sube el ánimo hasta las nubes. Estando embarazada compré periódicamente libros, tanto de métodos conductictas como de los del tipo de Carlos Gonzalez. Yo también tenía pensado educar a mi hijo con disciplina, queria que me obedeciera sin cuestionar, que me respetara, que me hiciera caso...lo que hoy se considera, generalmente, un "niño bueno". Pero después de leer "Bésame mucho" algo muy intenso se despertó dentro de mí, como si se hubiera encendido el interruptor de mis instintos. Además, todo lo que leía me parecía totalmente lógico, así que corazón y mente estaban de acuerdo al 100%. Cómo me alegro de haber encontrado estos autores (tengo que recomendar también "El niño feliz", un libro que explica la psicología del niño).
Me encantaría que se difundieran más estas "ideas", esta forma de crianza, igual que se difunden métodos como los del Dr.Estivill, ya que normalmente dentro de mi entorno me paso el día defendiendo el cómo estoy criando a mi hijo (me defiendo del "lo estás malcriando con los brazos", "no lo sacarás nunca de tu cama", "va a ser un mimado"...etc).
Gracias por este blog, Armandilio!

Caro dijo...

Leer este post, cómo decirlo... me ha aliviado mucho.
Veo que muchos papis y mamis no han sido pro crianza con apego desde siempre, desde antes de ser padres... y sin embargo hemos llegado a ello.
Yo también me veía candidata a una educación autoritaria en el sentido que tú dices, Armando. Y para mí, el germen del despertar fue leer 'Besame mucho' cuando aún estaba embarazada. A pesar de ello, me ofusqué bastante las primeras semanas ... menos mal que me hijo me enseñó el camino y me dejé guiar...